La guerra que se nos viene: Europa no es inmune
La Unión Europea les ha dado a los países que la conforman un halo de civilizados que a muchos les hace creer que las guerras están lejos. Y además, que no sucederían entre países miembros.
Este ensayo es una continuación. Se trata de la segunda parte de un primer texto que escribí, el cual pueden seguir a continuación:
En la primera entrega de este ensayo, explicaba que muy posiblemente nos estemos avecinando a una Tercera Guerra Mundial. Europa bien podría ser un teatro, y los supuestos valores europeos podrían ser dinamitados si se pierde de perspectiva que el objetivo de las estructuras creadas post-Segunda Guerra Mundial es el de la cooperación, comercio y seguridad mutua.
Pues bien, entremos de lleno en esa materia.
El Teatro Europeo
Hay que hablar de Europa en el contexto de una posible gran conflagración bélica. Porque en este territorio relativamente pequeño, nos encontramos una enorme cantidad de guerras y cambios de territorios. Estados que surgieron y desaparecieron. El origen de dos guerras mundiales. Y es donde se lucha una guerra convencional a gran escala, entre dos países que en realidad representan dos bloques: Ucrania, que buscaba entrar a la OTAN y la Unión Europea, por un lado; y Rusia por otro lado, que tiene alianzas con China, Irán y Corea del Norte. Los malos de siempre, de acuerdo a la óptica atlantista y pro occidente.
A la OTAN se puede criticar mucho. Se puede decir que es un esquema para obligar a estados a pagarle rentas a los contratistas militares que conforman el estándar OTAN, y que suelen ser compañías americanas. También podemos decir que no tiene un fin exacto a día de hoy, porque la organización de seguridad transatlántica es fundada para contener a la Unión Soviética que hoy ya no existe. Y, sin embargo, la OTAN ha seguido creciendo bastante. Pero también se debe decir algo en su favor. Y es que trae la paz a los miembros que la conforman, porque se supone que están en el mismo bando. La amenaza a Europa no es externa, sino qlos países que la conforman caigan en conflictos sin final a la vista. Y hay que acotar que hay muchos conflictos potenciales, porque hay muchas tensiones nacionalistas y étnicas en la zona.
Grecia y Turquía tienen pendientes asuntos en Chipre y en el Mar Egeo. Es decir, disputas étnicas y territoriales. Todas ellas están aparcadas y podrían resolverse de forma diplomática ya que se cuenta con el paraguas de la OTAN. Los Balcanes tienen sus cuentas pendientes que pueden abrirse sino se trabaja en pro de la prosperidad mutua.
Mijaíl Gorbachov lo sabía. Él no quería una expansión atlantista más allá de una Alemania reunificada, pero no se oponía a la presencia de tropas americanas en Europa. Veía que a Europa no se le debía aislar ni de EE.UU, ni de la Unión Soviética, cuyo heredero es Rusia.
En la medida en que la guerra ruso-ucraniana ha demostrado que en la Unión Europea se vivía de la forma en que se vivía gracias al gasto militar de EE. UU., así como también ha puesto de manifiesto las diferencias dentro de la OTAN sobre cómo hacer frente al conflicto, se ha aumentado la probabilidad de que ocurra un conflicto de los que estaban apartados. Lo que podríamos llamar cuentas pendientes.
Veamos cuáles son.
Grecia – Turquía – Chipre
Entre Grecia y Turquía han existido grandes conflictos, ya sea como Estados modernos o como pueblos y etnias. Esto conflicto social y étnico se manifiesta principalmente en Chipre, país en el que hace 51 años se produjo una invasión turca luego de un golpe de Estado perpetrado por las mayorías griegas en contra de un gobierno legítimo que fue configurado tras negociaciones exhaustivas y una constitución creó muchas salvaguardas para evitar la imposición de un grupo sobre otro. Este golpe de Estado fue a su vez auspiciado por la junta militar en Grecia que recientemente había accedido al poder.
Cuando antes se ha intentado hacer un Estado federal o confederal, hoy la situación se ha atrincherado mucho debido a que se han producido hechos sobre el terreno que llevan a muchos dentro la propia isla a pedir una solución de dos Estados. Por ejemplo, hay turcos provenientes propiamente de Turquía que se están asentando en la República Turca de Chipre del Norte que dificultan un pacto que le dé algo de justicia a los griegos étnicos de la isla. Que la situación lleve más de 50 años sin resolverse es algo que lleva a estas dificultades, como dice el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos en este artículo.
A esto hay que añadir la controversia que mantienen Grecia y Turquía por el control de las aguas que ofrecen algunas islas del Mar Egeo. Tienen controversias territoriales en las que ambos países estuvieron a punto de tener confrontaciones militares en 1987 y 1996, pero el conflicto ha estado latente desde los 60. Dado que Grecia tiene islas que están prácticamente encima de Turquía, Estambul quedaría seriamente quedaría seriamente limitado en su capacidad de explotación y exploración de recursos en el Egeo; el cual quedaría convertido en la práctica en un “gran lago griego”. Por eso, Turquía busca una interpretación que tiene que ver con la masa continental —es decir, en su caso sería Anatolia— para alegar que tiene mucho más derecho sobre el mar Egeo. Y que Grecia está limitada a lo que es su tierra firme, con capacidad de extender su zona económica exclusiva de acuerdo a lo que le permita su “plataforma continental”.
Ambos países pertenecen a la OTAN, por lo que esos intereses geopolíticos se suelen aparcar en favor de mantener una cierta armonía en la alianza. Pero cuidado si la alianza abandona el continente.
España – Reino Unido – Gibraltar
Tanto España como Reino Unido son miembros de la OTAN, y ambos solían ser parte de la Unión Europea hasta el brexit votado por los británicos en 2016 y hecho efectivo en 2020. Ambos mantienen una disputa por el control del istmo de Gibraltar, el cual fue arrebatado a España por parte de una flota angloholandesa en plena guerra de sucesión española en 1704. Esta cesión a Reino Unido luego fue confirmada en el Tratado de Utrecht en perpetuidad.
Que el Reino Unido se haya logrado meter en este peñón al sur de España no es poca cosa, y por supuesto va intentar por todos los medios que España no lo recupere. En lugar de ello, intentará lo que hace ahora que es mantener una cierta soberanía de Gibraltar dándole estatus de territorio ultramarino, sin ser parte de la Commonwealth o sin ser parte propiamente del Reino Unido. Y, ¿por qué esta importancia estratégica del istmo de Gibraltar? Pues que el Reino Unido es uno de tres países que controla el estrecho de Gibraltar junto a España y Marruecos. Para el creador de la Gran Flota inglesa, Lord Fisher, este istmo en su momento era una de cinco llaves que cierran el mundo junto a Dover, Alejandría, Singapur y el Cabo de Buena Esperanza. Así, en ese punto crucial para el comercial de la Europa del Mediterráneo, el norte de África y algunos puntos de Asia Occidental; Reino Unido sigue manteniendo una voz cantante. Una herencia de cuando empezaba a ser el gran Imperio que fue, y que todavía mantiene porque evidentemente le permite proyectar su fuerza y sus intereses.
El asunto de la relación entre Estados Unidos, Reino Unido, España, Europa y la OTAN es interesante de desmenuzar. A Donald Trump, pareciera, sólo le interesa de Europa la relación con el Reino Unido. Esto pese a que evidentemente hay muchas cosas de allí que no le agradan. Pero el desdén que le tiene a la Unión Europea es incomparable. Los aranceles que había impuesto sobre Londres eran mucho menores que aquellos que fueron impuestos sobre la Unión Europea, y parte de esto seguramente tendrá que ver con el hecho de que Trump respeta que Reino Unido se haya salido de la UE.
España y Reino Unido están el mismo bando en cuanto a la OTAN se refiere. Son miembros de la alianza atlantista. Y el primer ministro británico Keir Starmer ha dejado claro que su prioridad en materia de defensa es el conflicto ruso-ucraniano al decir que un tirano como Vladímir Putin sólo responden ante la fuerza. Y por supuesto, está bajo la presión de un Donald Trump que quiere más gasto militar por parte de Europa.
El tema es que ese gasto en Europa no va orientado a las prioridades de Estados Unidos bajo la administración de Trump, es decir que se logre parar el conflicto en Ucrania. Más bien, Europa busca un rearme justamente porque percibe una amenaza por parte de Rusia. Entonces, si EE.UU empieza a salir de Europa, y coincide con el editorial del propio Starmer en The Telegraph en el cual dice “el nuevo mundo está menos gobernado por reglas establecidas y más por acuerdos y alianzas”, entonces podríamos empezar a ver cómo España o Reino Unido empiezan a mover sus piezas en pro de asegurar sus intereses.
La OTAN y la Unión Europea son instituciones que suelen solaparse, sobre todo en materia de integración en el viejo continente. Ahora, el caso del Reino Unido es bastante particular porque pareciera por un lado Estados Unidos lo tira hacia una alianza anglosajona, y por otro lado están los intereses en Europa. ¿Primarán los intereses OTAN en Reino Unido? ¿O se vinculará primordialmente con Estados Unidos? ¿Y cómo actuará la Unión Europea en lo concerniente a Gibraltar?
Asuntos no resueltos en los Balcanes
Una de las regiones más volátiles del mundo es la de los Balcanes, con una gran cantidad de rivalidad históricas, guerras, y orgullo nacional-étnico que impulsa las tensiones y los conflictos. En este contexto, hay que analizar dos naciones que funcionan como nodos del conflicto y que a la vez son rivales en la zona. Serbia, por un lado; y Albania, por otro.
Serbia – Kosovo – Albania
El asunto que dinamitó la guerra en Yugoslavia fue Kosovo y su carácter étnico distinto al del resto de la República de Serbia. Slobodan Milosevic, en aquel momento un oficial en ascenso en el partido comunista de Serbia, visitó a la minoría serbia en Polje, quien se quejaba de marginalización de los kosovares. En contra de lo que había sido la doctrina de Tito, Milosevic dio alas al nacionalismo serbio mostrando solidaridad con esta minoría, y poco después había una guerra sangrienta y la disolución de un país europeo grande que dominaba junta a Italia.
Tras la separación de Croacia, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia y Macedonia del Norte; Yugoslavia existía, pero sólo en nombre. Eran Serbia, Montenegro y Kosovo (como parte de Serbia). En 2006, Montenegro celebró un referendo que le otorga la independencia por un pequeño margen. Y luego, en 2008 y tras muchos años de resistencia que se convirtieron en lucha armada, Kosovo declara su independencia apoyada de países occidentales. Su aliado principal es Albania.
Hay que decir que en ese conflicto posguerra de Yugoslavia, es decir, en la guerra de Kosovo, tenemos el primer precedente de un bombardeo de la OTAN sin que se haya atacado a un país miembro. Los bombardeos en contra de Belgrado de 1999 duraron 78 días, y tuvo como uno de sus grandes incidentes internacionales la destrucción de la embajada china. Los desplazados estuvieron en torno a los 800.000, mientras que el departamento de Estado de EE. UU estima las muertes albanokosovares en torno a las 10.000. Las muertes civiles yugoslavas se estimaron en 2.500. Carla del Ponte, exfiscal del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugsolavia, afirmó en un libro que las guerrillas kosovares traficaron con los órganos de prisioneros serbios. Fue una guerra espantosa.
Hoy, Kosovo está administrado entre la OTAN y un gobierno propio, pese a no tener membresía oficial en la alianza. Y con todo, las tensiones están allí. Sólo hay que imaginar si no hubiera el elemento pacificador de la OTAN.
Bulgaria – Macedonia del Norte – Albania
Entre Bulgaria y Macedonia del Norte existe también un conflicto que mezcla geopolítica, cultura y nacionalismo. Cuando Macedonia del Norte se incorporó a Yugoslavia, a Tito se le ocurrió una solución al problema de los nacionalismos en el país que gobernaba. Y es que los macedonios, según a quien se le pregunte, son búlgaros. O como poco, comparten muchísimos aspectos de la cultura e iconos populares. Para impedir cualquier reclamo territorial y anticiparse a cualquier aspiración unionista de Macedonia con Bulgaria, tener a mayor distancia a Bulgaria —que era un país alineado con la URSS en aquel momento—, y balancear los nacionalismos internos; a Tito se le ocurrió fomentar una identidad nacional macedonia.
Hoy en día no es que haya cuestiones territoriales por resolver. Es una cuestión de defender sus propias culturas, y ver si una nace de la otra, si son independientes, y qué cosas pertenecen al legado cultural de cada uno. Ahora, Macedonia del Norte y Bulgaria son miembros de la OTAN. Pero este último está bloqueando la entrada del primero a la Unión Europea porque está buscando extraer concesiones en materia cultural y educativa para llegar a la cuestión de cuáles son los bienes culturales de cada uno. Un ejemplo de lo muy difuso que es todo esto es que Tito modificó el idioma hablado en Macedonia del Norte para crear el macedonio. Le dejó el alfabeto cirílico con algunas modificaciones, y lo estandarizó de forma ligeramente distinto al búlgaro en 1944. Hoy ya tiene recorrido literario, pero lo cierto es que, en el continuum de los idiomas eslavos del sur, tiene su mayor parentesco con el búlgaro.
También hay que añadir que la promoción de esta identidad generó una gran polémica con Grecia, por ejemplo, que tiene una región llamada Macedonia. El alegato era que podía generar disputas territoriales de aquella región dentro de Grecia, y que se pudiera incluso intentar separar a Alejandro Magno de su pasado helénico. En 2018, se acordó el cambio de nombre a Macedonia del Norte.
Por último, hay que señalar que en el territorio normacedonio hay diversidad étnica con un 25% de albanos. Y los sectores más nacionalistas de Albania, aupados por el conflicto con Serbia por Kosovo, en ocasiones piden la creación de una Gran Albania. Es decir, que se unan aquellos territorios en los que haya mayorías albanesas. O al menos, tener más voz y voto en los asuntos de los territorios con mayoría albanesa.
De momento no hay indicios de una confrontación, todo sea dicho. Pero estos son los Balcanes. Y así como Milosevic encendió una mecha yendo a verse con los serbios de Kosovo, no hace falta demasiado para que surja algo.
Serbia – Republika Srpska – Bosnia-Herzegovina
Los Acuerdos de Dayton le prohíben a Serbia anexionar esta región de Bosnia-Herzegovina que está conformada primordialmente por serbios étnicos (llamados también serbobosnios). Es decir, forma parte de la ley internacional. Eso no quiere decir que no existan las tensiones. Y con el recuerdo del asedio de Sarajevo en la memoria y la masacre de Srbrenica, este es un conflicto que debe ser evitado a toda costa.
Ahora, el problema está en que, si Kosovo pasara a ser parte de Albania, en la narrativa serbia existiría un precedente para quitarle un territorio a este país. O al menos, para que la Republika Srpska decida separarse de Bosnia-Herzegovina. Añadamos a todo esto que, en la constitución bosnia, diseñada para que no haya conflictos étnicos, existe un cargo Alto Representante para Bosnia-Herzegovina que supervisa la implementación de los Acuerdos de Dayton. Y ese cargo, que viene de un país foráneo. Es nombrado a través del Consejo de Implementación de la Paz y debe tener confirmación del Consejo de Seguridad de la ONU. Y para complicar más las cosas, el actual no tiene tal confirmación. Es el alemán Christian Shmidt, y para China y Rusia, por ejemplo, este representante no tiene legitimidad porque no contó con la confirmación del Consejo de Seguridad, ni tampoco con un consenso amplio dentro del Consejo de Implementación de la Paz. Y dentro de Bosnia-Herzegovina, algunos políticos repudian su nombramiento y sus decisiones. Difícil va la cosa.
Mediante un mecanismo llamado los Poderes Bonn, el Alto Representante para Bosnia-Herzegovina puede imponer o derogar leyes, y quitar del cargo a oficiales. Y la verdad es que Schmidt ha hecho uso extensivo de esos poderes, llegando a suspender la Constitución por 24 horas y nombrar a un nuevo presidente de Gobierno tras la imposibilidad de hacerlo mediante alianzas parlamentarias. Es decir, aquí hay un problema que tiene que ser resuelto, porque esto huele a incompetencia de alguien que no sabe cómo manejar las diferentes tensiones étnicas. Que ya sabemos cómo se han resuelto en la historia reciente de esta parte del mundo.